plo- y los usan para determinados fines . Junto a las interacciones
individuales, también desempeñan un papel central las actividades
colectivas como las reuniones, los rituales, el comercio y el tiempo
libre. La prác tica social sirve en ese sentido a la producción y repro–
ducción del significado y de la estructura de un orden socio-espacial
(Cf
Lawrence/ Low, 1990:469). Según Pierre Bourdieu, "el espacio
social muestra cierta tendencia a establecerse de manera más o
menos estricta en el espacio físico en forma de una determinada
colocación distributiva de actores y cualidades" (Bourdieu, 1991:26).
Él también llama a ese espacio social "espacio físico apropiado", el
cual se caracteriza por la exclusión recíproca de posiciones sociales
diferenciadas
(ibid .,
27)4
El concepto del "espacio físico apropiado"
puede relacionarse en ese sentido con la práctica cotidiana de apro–
piación, pero también con la influencia de los distintos grupos de
interés. La lucha por el espacio o por su ocupación se basa en la
apropiación material y simbólica de los escasos medios públicos (o
privados) (Bourdieu, 1997:160)5
Como otra característica, al espacio se le atribuye una cualidad
está estrechamente relacionado con el espacio, razón por la cual se convierte en
una clave de la organización social de l. espacio. La práctica social es interpretada
como una estrategia cotidiana de apropiación del espacio que entra en confronta–
ción con e l entorno,
al
tiempo que se adapta
y
acomoda a él, lo crea
y
se lo apropia
(Cf
Welz, 1992).
.. El espacio social
y
la diferencia que se perfila espontáneamente en él, desig–
nan en un nivel
abslracLO
un espacio de estilos de vida que corresponde a otros
sub-espacios o campos específi cos (campo económico, intelectual, artístico, uni–
versitario, etcétera)
(Cf
Bourdieu, 1991:28).
!>
Los representantes de una tendencia
neomarxista
dentro de los actuales
estudios urbanos, investigan el espacio urbano como sujeto de transformación en
el capitalismo tardío, como espacio de acumulación de capital y consumo cultural
o como lugar de condensación del poder
(ef
Feldj Basso, 1996; Harvey, 1989,
1993; Soja, 1989). Un ejemplo empírico es el análisis que hace Neil Smith de un
parque de barrio en Lower East Side, en Nueva York, en
el
que distintos grupos de
interés y estructuras de poder se vieron envueltos en una lucha por el espacio
urbano (Smith, 1993). También los trabajos de Sharon Zukin sobre la reestructu–
ración de zonas comerciales en el interio r de la ciudad
(Loft Living,
Zukin, 1989)
y sobre los nexos enlre la base material y la economía simbólica de la ciudad
(The
Culture of Cities,
Zukin, 1995) constituyen otros ejemplos de estas formas de acer-
64
1...,54,55,56,57,58,59,60,61,62,63 65,66,67,68,69,70,71,72,73,74,...306