11. APRENDER A DISEÑAR COMO DISEÑA LA NATURALEZA
La Naturaleza y sus leyes estaban escondidas en las tinieblas. Dios dijo: ¡que sea Newton! Yse hizo
la luz,s
exclamó Pope a finales del siglo
XVIII.
Pues bien, luego de este triunfo espectacular de la mecánica
celeste, sucedió algo inesperado: los astrónomos empezaron a predecir fenómenos insospecha–
dos a partir del cálculo. Sin más apoyo que la teoría y sus cálculos, los astrónomos anticiparon la
existencia y el lugar (más o menos) exacto para encontrar a los cometas, a Urano, a Neptuno y a
Plutón. Por ejemplo, Edmund Halley predijo en 1682 el retorno del cometa
Halley
para el año de
1758; con gran audacia conjeturó que las apariciones de 1531, 1607 Y1662, no se debían a obje–
tos celestes diferentes, sino a uno solo que giraba elípticamente alrededor del Sol. Además, por
el año de 1781 William Herschel descubrió Urano. Para explicar las perturbaciones de Urano,
en 1846 Urbain Le Verrier predijo casualmente la existencia de Neptuno (John Couch Adams
lo hizo de manera independiente), y Johann Gottfried Galle lo descubrió el mismo año a sólo
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de distancia de su posición calculada. Por su paste, en 1905 Percival Lowell supuso que las per–
turbaciones de Urano se debían a la existencia de otro planeta: Plutón fue encontrado en 1930
por Clide William Tombaugh, cerca del lugar anticipado por Lowel1.
6
Así pues, la búsqueda de la
existencia de un determinismo universal en la dinámica celeste empezó desde la formalización
de la dinámica de Newton, a mediados del siglo
XVII,
quien aplicó las ecuaciones diferenciales a
las leyes del movimiento y la gravitación, si bien no pudo resolver el famoso problema de los tres
cuerpos (ni él ni nadie) . La culminación de ese determinismo mecanicista vino siglo y medio
después cuando Pierre Simon de Laplace declaró contundente:
Así pues, hemos de considerar el estado actual del universo como el efecto de su estado anterior ycomo
la causa del que ha de seguirle. Una inteligencia que en un momento determinado conociera todas las
fuerzas que animan a la naturaleza, así como la situación respectiva de los seres que la componen, si
además fuera lo suficientemente amplia como para someter a análisis tales datos, podría abarcar en una
sola fórmula los movimientos de los cuerpos más grandes del universo y los del átomo más ligero; nada
le resultaría incierto y tanto el futuro como el pasado estarían presentes ante sus ojoS.7
Aquí. el truco para tener el pasad" y el futuro en la mano se basaba en que: 1) se conocieran
las leyes, 2) se conocieran las condiciones iniciales , y 3) hubiera alguien que pudiera calcu–
lar la solución. Es claro que, en el universo conceptuallaplaceano, la ecuación diferencial
es la herramienta clásica de cálculo, vehículo del determinismo; en ella todos los pasados y
s Elogio de Alexander Pope a Isaac Newton, citado por lvar Ekeland,
op.
cit., pp. 30 Y31.
6
eJ,
Biblioteca de consulta:
Encarta 2003.
Lamentablemente para Plutón
(y
seguramente para los astrólogos), sabemos que
"Tras un intenso debate, la
UAI
decidió el 24 de agosto de 2006, por unanimidad, reclasifica r Plutón como planeta enano, requirien–
do que un planeta debe 'despejar el entorno de su órbita: Se propu o su clasificac ió n como planeta en el borrador de resolución,
pero desapareció de la resolución final, aprobada por la Asamblea General de la
UA I
¡Unión Astronómica Internacional). Desde el 7
de septiembre de 2006 tiene el número 134340, otorgado por el Minor Planet Center': Wikipedia,
Plutón,
<
/
wikilPlut%C3%B3n_(astro nom%C3%ADa».
7
Pierre Simon de Laplace,
Ensayo filosófico sobre las probabilidades,
p. 25: véase asimismo
Traité du Mécanique Céleste,
obra en
5 volúmenes publicados entre 1799
y
1825.
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1...,53,54,55,56,57,58,59,60,61,62 64,65,66,67,68,69,70,71,72,73,...144