11. APRENDER A DISEÑAR COMO DISEÑA LA NATURALEZA
impredecibles aunque dentro de zonas previsibles. En fin, que basta un error de medición de la
ubicación inicial de la órbita de la Tierra de tan sólo 15 metros, para hacer imposible la predic–
ción de su posición dentro de unos 100 millones de años.'S
Desde este esquema de pensamiento, si bien cada trayectoria individual es inestable e impre–
visible, el sistema global es estable y previsible y, debido a que los métodos cuantitativos dejan
de ser fiables, sólo los métodos estadísticos y cualitativos, insensibles a las perturbaciones, nos
permiten enfrentar el problema.·
6
Sorpresivamente, en la práctica nos encontramos de lleno
en el mundo de Heráclito: "No se puede navegar dos veces por el mismo río ni tocar dos veces
una sustancia perecedera en el mismo estado':'7Así, en en esta inexacta realidad pragmática las
rígidas leyes (del determinismo mecanicista) de la mecánica celeste no son válidas para siempre,
y su capacidad de predicción se pierde en la bruma del futuro distante.
En conclusión, la mecánica celeste: el paradigma de exactitud suprema del determinismo
laplaceano, se vio seriamente limitada debido a algo que ese determinismo no pudo, o no quiso,
prever: el mundo no es simple y rebosa de fenómenos no-lineales; el mundo es intolerablemente
complejo, pero tenemos la esperanza de que se pueda describir mediante leyes simples (tesis de
las ciencias de la complejidad).'8
Por otro lado, por más decimales que se tomen en cuenta, hacer cálculos a largo plazo con
herramientas digitales implica que las operaciones de redondeo se amplifiquen a medida que
se extrapole hacia el futuro . Calcular trayectorias en estas condiciones donde, por definición,
la exactitud está excluida es -simplemente- tomar al error como si fuera parte de la realidad y,
en el límite, significa trocar los datos de la realidad en las ficciones del error.'9 Por todo lo dicho,
hubo que esperar hasta los años sesenta y setenta del siglo xx, poco después de aparecidas las
computadoras (que hicieron posible cálculos antes inasequibles, además de que éstos pudieron
graficarse con una precisión y una velocidad hasta entonces inimaginables), para que meteo–
rólogos como Edward Norton Lorenz (gracias a sus tropiezos y sorpresas con el tratamiento
numérico para la predicción del clima, y el inesperado hallazgo del
efecto mariposa
creado por
el azar debido a las imprecisiones decimales) enfrentaran de lleno el problema y dieran inicio
al estudio del caos determinista. A Lorenz se sumaron matemáticos como David Ruelle y F10ris
Takens (al estudiar la turbulencia en fluidos, y quienes acuñaron el término
atractor extraño),>o
o James Yorke (quien al estudiar los mecanismos de los fenómenos no-lineales, los llamó
caos) ;
se incorporaron asimismo físicos como Mitchell Feigenbaum (las leyes de la transición del com–
portamiento ordenado al comportamiento caótico) , y biólogos como Ernst May (en el estudio
de las poblaciones) ." Todos ellos contribuyeron al estudio del caos determinista.
' 5
Cj.
Moisés
josé
Sametband,
op. cit.,
pp. 74 Y76.
16
Cj ,
lvar
Ekeland,
op. cit.,
pp. 11 5 Y116.
17
Heráclito de Éfeso, citado en
lvar
Ekeland,
op. cit. ,
p. 105.
•B
ej,
Moisés José Sametband,
op. cit.,
pp. 76, 83 Y84.
' 9
ej,
lvar Ekeland,
op. cit.,
p. 107.
20
ej,
Teorema Ruelle-Takens, Heinz, R. Pagels,
op. cit.,
p. 80;
véase
también ealTech,
Ruelle- Takens Theorem,
<
caltech.edu/-mcc/Chaos_Course/Lesson2I1RTN.pdf>.
21
Cj,
lan Stewart,
¿Juega Dios a los dados?,
Barcelona, Critica, Drakontos bolsillo núm. 14, 200 1,
passim;
Wikipedia,
Caos de–
terminista,
>; Juan M. Aguirregabiria,
Introducción al caos determinista ,
<http://
[63]
1...,55,56,57,58,59,60,61,62,63,64 66,67,68,69,70,71,72,73,74,75,...144