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¿DISEÑAR CON FRACTALES? ¡VAYA UN ABSURDO!
La computadora: una insólita herramienta de investigación
Así como los utensilios líticos de la prehistoria, y las herramientas que aparecieron después, tales
como la palanca, la polea, el engrane, el reloj, las máquinas mecánicas y las industriales, etcétera,
fueron el motor tecnológico que impulsó nuestra interpretación del mundo en épocas pasadas,
la computadora es hoy la fuerza que está detrás del cambio que se da en las ciencias emergentes
de la complejidad, es decir, una de las fronteras más recientes del conocimiento. La computadora
es esa herramienta básica de las
matemáticas experimentales
que, a la manera en que lo hicieron
el microscopio y el telescopio de antaño, nos conduce a transformar la imagen que tenemos de
la realidad, así como a reorganizar las fronteras entre las diferentes disciplinas de la ciencia. Sólo
que, si el microscopio y el telescopio contribuyeron a crear una visión reduccionista del cono–
cimiento (del micro y del macrocosmos), la computadora nos proporciona una ventana insólita
para ver la realidad desde la dimensión de la complejidad. Incluso poder examinar (o simular)
esa realidad de una forma diferente, nos puede ayudar a verla de una manera (esperemos) menos
reduccionista. Sus habilidades para simular en unas cuantas horas procesos evolutivos que en la
realidad llevarían millones de años; sus facilidades para explorar sistemáticamente la conducta
de cualquier sistema ahorrándonos la necesidad de malgastar tiempo, energía, materiales o vidas
(en el caso de los simuladores de vuelo, por ejemplo); sus destrezas para indagar el territorio
inexplorado del sinfín de fenómenos más desafiantes del universo (cuya complejidad inaccesible
nos obligó a permanecer dentro del mundo asequible de lo simple);4S sus promesas para diseñar
(o re-diseñar) al mundo apoyados en prótesis digitales que buscan emular (y prometen rebasar en
mucho) procesos mentales que todavía damos en llamar inteligencia y creatividad, nos alientan
a esperar el advenimiento de un paradigma del diseño y de la creatividad humana, hasta ahora
completamente fuera del alcance de nuestra más osada imaginación.
Por ejemplo, un astrónomo tradicional puede observar la evolución del universo durante el
lapso de sus años productivos de vida (alrededor de 50 años) , pero un astrónomo apoyado en
una supercomputadora puede simular la evolución en miles de millones de años, no de uno,
sino de una infinidad de universos. Explorar la evolución en tiempo real (eones) es imposible
para seres de nuestra pequeñez temporal (decenas de años), por ello, para los fanáticos de este
paqradigma, la única manera de analizar la evolución en acción es por medio de modelos com–
putacionales: los nuevos laboratorios para el estudio de los procesos evolutivos. ASÍ, a pesar de
sus limitaciones, la simulación por computadora pasa, de ser un simple juego inocente, a ser un
experimento formal de cálculo teórico y, lo más importante de todo: el modelo computacional
deja de ser una herramienta que estudia la realidad, pero corre el riesgo de pretender convertir–
se en la mismísima realidad. 46
Ya en esta tesitura, la naturaleza puede interpretarse (también) como una computadora
analógica. Los cúmulos de galaxias, el sistema solar, nuestro planeta, las partículas cuán–
ticas, las piedras, los seres vivos , los cerebros, etcétera, pueden verse como computadoras
analógicas cuyos
cálculos
en tiempo real son el equivalente de lo que hoy llamamos las leyes
45
ej,
Heinz, R. Pagels,
op.
cit.,
pp. 13, 36, 40, 46 Y 86.
46
[bid. ,
pp. 87,90 Y 104.
1...,60,61,62,63,64,65,66,67,68,69 71,72,73,74,75,76,77,78,79,80,...144