estratégicas". Esas reestructuraciones y sus resulta­
dos se analizan a continuación^:
Durante 1983 se acordó reestructurar 23 150 mi­
llones de dólares de'un saldo de casi 59 ООО, con
vencimiento entre el 31 de agosto de 1982 y el 31
de diciembre de 1984; se estableció un plazo de
ocho años con cuatro de gracia y tasas de interés
de 1 7/8 puntos sobre la Libor y de 1 3/4 sobre la
Prime. El resultado fue que las amortizaciones de
septiembre de 1982, al cierre de 1984, se reduje–
ron de 8 144 millones de dólares a 1 305 (en
realidad, se dio una posposición no tan recomen–
dable en una visión de largo plazo).
Entre 1984 y 1985 se acordó reestructurar la deu–
da pública por un monto equivalente a 48 700
millones de dólares, que vencían en el periodo
1985-1990. Los plazos de pago se ampliaron a 15
años con uno de gracia.
A fines de 1985 se convino con la Banca Interna–
cional el aplazamiento -por un periodo de seis
meses- del pago de 950 millones de dólares, co–
rrespondientes al segundo tramo de un prepago
de 1 200 millones de crédito, acordado en 1983.
En marzo de 1986 se acordó posponer dicho pago
por un periodo adicional de seis meses. Alfinaldel
mismo año se suscribió un acuerdo con el Club de
París para reestructurar aproximadamente 1 921
millones de dólares.
En marzo de 1987, el gobierno mexicano firmó un
acuerdo con la Banca Internacional a fin de rees–
tructurar 52 717 millones de dólares de la deuda
pública externa. En el mismo acuerdo se logró
reestructurar 43 700 millones de dólares, a un
plazo de 20 años con siete de gracia, se redujo el
margen aplicado sobre la tasa Libor a 13/16 de
punto porcentual. La deuda contratada en 1983 y
1984 (800 millones de dólares) se reestructuró a
un plazo de 10 años con cinco de gracia, con la
reducción de la tasa de interés mencionada; los
recursos contratados sobre la base de la tasa Prime
(6 500 millones de dólares) pasaron a Libor. Ade–
más, se reprogramó el pago de 950 millones de
dólares de 1985, en 24 trimestres a partir de 1989.
La reducción del diferencial sobre los 52 717
^ Ejecutivo Federal,
Plan Nacional de Desarrollo 1983-1988,
Informe de Ejecución, Balance Sexenal, México, septiembre
de 1988, p. 147.
millones de dólares, representó un ahorro estima–
do en 302 millones de dólares anuales.
Hasta marzo de 1989, fecha en que se propone
el llamado Plan Brady, las reestructuraciones acor–
dadas no aludían a las preocupaciones fundamen–
tales de los países deudores y sí permitían que los
acreedores evadieran la responsabilidad que, en el
desorden financiero internacional, les correspon–
día reconocer. El hecho de que, en la mesa de las
discusiones no se incluyeran las posibilidades de
reducción del principal, las correspondientes a las
tasas de interés y, en términos secundarios, las de
ampliar los créditos a los deudores, convirtió las
reestructuraciones en simples posposiciones que,
al paliar el presente, comprometían seriamente al
futuro. Ello, hasta la fecha, no puede considerarse
un problema resuelto, y seguramente las reestruc–
turaciones sobre la deuda externa no han con–
cluido.
Durante los años ochenta, el problema de la
deuda externa de las economías subdesarrolladas
se profundizó por un comportamiento de los paí–
ses acreedores que evadió la responsabilidad que
tienen en el propio problema; dicho comporta–
miento impidió el tratamiento de los casos en
bloque e impuso la modalidad de discutir (sin
solucionar) caso por caso; prohibió el uso del tér–
mino moratoria; no ablandó ninguna de las condi–
ciones relevantes en la reestructuración (monto del
principal, tamaño de las tasas de interés, acceso a
nuevos empréstitos, posibilidad de adquirir la pro–
pia deuda vieja y disminuida considerablemente en
su valor en los mercados secundarios, etc.); y hasta
el llamado Phn Baker no reconoció la necesidad
de que las economías deudoras recuperaran su
capacidad de pago por la vía del crecimiento -aun–
que ello no se logró-, a mediados de la década.
La puesta en ejercicio del Plan Brady establece
la posibilidad de atender las demandas de los países
deudores, especialmente en la reducción del prin–
cipal, de las tasas de interés y en el incremento del
flujo de recursos para el crecimiento, aun cuando
se continúa el tratamiento de cada caso en forma
aislada. En realidad, la posibilidad de considerar
desde la posición de los acreedores las tres varian–
tes sólo se ejerció para el caso de México, que fue
el primer país atendido en la lógica del nuevo plan;
1...,23,24,25,26,27,28,29,30,31,32 34,35,36,37,38,39,40,41,42,43,...104