Antonio Marquet Montiel
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acalla: acalla he dicho; no que se calla, porque el clóset no se si-
lencia. El clóset se podría definir como la ruptura de la concatena-
ción de preguntas y respuestas. Entre interrogador e interrogado
hay un silencio: el interrogador conoce de antemano la respuesta.
Formula la pregunta para desestabilizar, para manifestarle al inte-
rrogado que conoce de antemano la respuesta y que quiera para
manifestarle su poder asegurarse de su silencio; incomodar al in-
terrogado, trabajarlo con la culpa, inferiorizarlo.
Crescencio no puede decir su goce voyeurista. No es sólo ha-
ber visto desnudo a Baldomero Berumen, es haber permanecido
viéndolo incluso mientras se masturbaba. No lo ve heterosexual-
mente con risa, no lo ve para hacerle burla, para denunciar su
masturbación o para jugarle una broma. La observación es a hur-
tadillas y cierra los ojos inmediatamente, es decir, la propia obser-
vación revela la orientación de Crescencio Montes y su homose-
xualidad culposa.
Ante la obviedad del goce homosexual, los personajes se plantean
una serie de preguntas que no se responden. Como si se tratara
de un niño, que no puede formular la pregunta sobre la sexuali-
dad, se suceden las preguntas una tras otra. Las preguntas sirven
al sujeto para indicar tanto su extrañeza con respecto al mundo y
que justifican el silencio, como la aceptación del destino. Pero el
paso de las preguntas a la aceptación del destino hay algo que se
esconde, algo que no se dice, algo inconfesable por indecible.
Las preguntas sobre el sentido de la vida las formula Crescen-
cio Montes después de que se han ido los invitados al banquete
de bodas entre Baldomero Berumen y Máxima Benítez: “¿Qué si
la vida fue sólo una larga espera sin premio, sin sentido? ¿Qué si al
final sólo nos espera el vacío? ¿Qué si todo fue nuestro propio en-
gaño, un camino lleno de renuncias y de espinas para llegar a la
nada?... ¿Y qué si la vida es así de simple, monótona, absurda, ac-
cidental, gratuita, qué si no sirve para nada?”
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Esta interrogación parece más bien producto del despecho,
de la desesperación de un enamorado desengañado. Esta acre in-
quisición tiene todas las características de la desesperanza amorosa.
El vacío, el sin sentido, la nada aparecen después del casamiento
de Baldomero Berumen con Máxima Benítez.
14
Ibid
., cap.
X
, p. 50.
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21/10/15 15:05