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negociaban sobre el precio de unas telas francesas; de aguadores, re–
uniones alrededor del cadalso y, en medio de todo ello, caballos , cer–
dos y perros (Rojas-Mix, 1978:27 ff):
La plaza, como en toda ciudad española, era el centr" de todas las
actividades: había que acudir a ella cada día para estar bien informa–
do sobre lo que acontecía en la ciudad. Vendedores de todos los
productos imaginables ofrecían sus mercancías dando voces, los
aguadores se apiñaban junto al pozo principal para llenar sus vasijas
[...] y no podían faltar los curas, que paseaban en este aire mundano
seguros de su poder sobre la sociedad, siempre al tanto de todos los
secretos de la ciudad (Rojas-Mix, 1978:28).
Al atardecer, la plaza era barrida por los presos de la cárcel contigua,
pero la basura permanecía allí tanto tiempo hasta que los animales
terminaban de comerla. La imagen oscura, maloliente y tumultuaria
cambiaba sólo en las claras noches de luna llena, que envolvían el lugar
con su impresionante manto de luz (Rojas-Mix, 1978:51 f).
Esas imágenes se parecen mucho a cualquier descripción actual.
Hasta la década de los cincuenta, había un parque en medio de la
plaza, que era utilizado en las tardes como lugar de paseo. José del
Río, hoy comerciante en Tepito, solía vender allí dulces y globos cuan–
do era niño. No olvida aquellas incomparables noches de luna llena,
cuando la plaza estaba clarame nte iluminada y la silueta de la in–
mensa Catedral parecía todavía más impresionante (entrevísta con
José del Río, 13 de septiembre de 1997). Todavía hoy muchas perso–
nas, en las tardes de verano, antes de que comience la temporada de
lluvias, aprovechan el horario enmarcado entre el cierre de los co–
mercios y la hora de regresar a casa para dar un paseo por el Zóca–
lo. Particularmente en la esquina este de la Catedral se sientan en los
bloques de concreto a comer plátanos fritos, tamales o tacos, mien–
tras disfrutan del ambiente. La oscuridad entre los edificios ilumina–
dos, los olores y el penetrante redoble de los tambores se combinan
parar crear una atmósfera que parece estar (casi) fuera de l tiempo.
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